lunes, 21 de noviembre de 2011

Dibujo Japones

Historia del dibujo japones (manga)
El manga es como se describe el dibujo en japon se hacen llamar historietas en general.
El manga también abarca una gran variedad de generos los cuales llegan desde novelas hasta caricaturas.
El nivel de aceptación del manga es tal que no solo existen canales de televisión con programación integra de manga y anime, si no que además el cine, como en su tiempo puso de moda a los superhéroe, intenta integrar los clásicos del manga y anime a la pantalla grande.
Para medir un poco la popularidad que a tomado el manga, la editorial que publica al superhéroe mas famoso traduce y edita su producto.
Dibujar manga es todo un arte, que comienza con creatividad y mucha imaginación, pero además requiere de técnicas específicas que le dan un toque de distinción.
El dibujo japonés es una arte muy imaginativa cuenta con ucha imaginación memoria fotográfica como demasiado pulso en tus manos y mucha concentración, y si el manga no solo se enfoca en dibujos animados si no en historias verídicas leyendas, cuentos, películas, etc.  
El dibujo japonés es algo interesante algo que descubrimos que es muy interesante es que después de las detonaciones de las explosiones de las bombas atomicas de Hiroshima esos lugares quedaron desechados las personas que quedaron hay su autoestima por los suelos no querían saber nada del mundo entonces varios artistas de la cultura del dibujo japonés  se les ocurrio hacer caricaturas las cuales impactaron las vidas de esas personas fue lo primero que apareció en la televisión fue lo que logro sacarles una sonrisa en sus rostros lo que les animo a seguir dia con dia su vida es algo difícil de creer pero muy grato también.
El manga apareció en el siglo 19 empesando con imágenes de animales que contaban hitoris de lo que sucedia en aquellos tiempos.
La terminología del manga se distingue en el artista hokusai katshushika que lo definio asi informal (man) dibujo (ga) se traduce normalmente asi dibujos caprichosos o garabato, los japoneses les llaman dibujos insignifacantes.
Y a los profesionales del manga se les describe como mangaka.
Todo esto nos lleva a que si no tienes imaginación no podras ser un artista con el manga o dibujo japonés.



¿Hora llegamos a de donde salio El manga? Y si salio del arte grafico japonés y de la historieta occidental que solo caracterizaba rasgos de la segunda guerra mundial, Las primeras características del manga pueden encontrarse en el Chōjugiga (dibujos satíricos de animales), atribuidos a Toba no Sōjō (siglos XI-XII), del que apenas se conservan actualmente unos escasos ejemplares en blanco y negro.
Durante el período Edo, el ukiyo-e se desarrolló con vigor, y produjo las primeras narraciones remotamente comparables a los géneros actuales del manga, que van de la historia y el erotismo a la comedia y la crítica. Hokusai, una de sus figuras, implantaría el uso del vocablo manga en uno de sus libros, Hokusai Manga, recopilado a lo largo del siglo XIX. Otros dibujantes, como Gyonai Kawanabe, se destacaron también en este período artístico.
El primer manga infantil
Los años 1920 y 1930 fueron muy halagüeños, con la aparición y triunfo del kodomo manga (historietas infantiles), como Las aventuras de Shochan (1923) de Shousei Oda/Tofujin y Los Tres Mosqueteros con botas en la cabeza (1930) de Taisei Makino/Suimei Imoto.
El cómic estadounidense -en especial Bringing up father (1913) de George McManus - se imita mucho en los años 20,6 lo que ayuda a implantar el globo de diálogo en series como Speed Taro (1930-33) de Sako Shishido, Ogon Bat (1930, un primer superhéroe) de Ichiro Suzaki/Takeo Nagamatsu y Las aventuras de Dankichi (1934), de Keizo Shimada, así como la tira cómica Fuku-Chan (1936-), de Ryuichi Yokohama.8 Para entonces, habían surgido historietas bélicas como Norakuro (1931-41) de Suihou Tagawa, ya que el manga sufría la influencia de las políticas militaristas que preludiaban la Segunda Guerra Mundial, durante la cual fue usado con fines propagandísticos. En 1945, las autoridades de ocupación estadounidenses prohibieron de manera generalizada este género.

El nacimiento moderno del manga
Tras su rendición incondicional, Japón entraría en una nueva era. El entretenimiento emergió como industria respondiendo a la necesidad psicológica de evasión ante una cruda posguerra. La falta de recursos de la población en general requería de medios baratos de entretenimiento, y la industria tokiota de mangas basados en revistas vio surgir competidores. Apareció así el Kamishibai, una especie de leyendas de ciego, que recorría los pueblos ofreciendo su espectáculo a cambio de la compra de caramelos. El Kamishibai no competía con las revistas, pero sí otros dos nuevos sistemas de distribución centrados en Osaka:
Las bibliotecas de pago, que llegaron a constituir una red de 30.000 centros de préstamo que producía sus propios mangas en forma de revistas o tomos de 150 páginas.
Los libros rojos, tomos de unas doscientas páginas de papel de baja calidad en blanco y negro, cuyo rasgo característico eran sus portadas en color rojo y su bajo precio. Esta industria pagaba a sus artistas sueldos próximos a la miseria, pero a cambio les otorgaba una amplia libertad creativa.
Osamu Tezuka, un estudiante de medicina veinteañero apasionado de los dibujos animados de Fleischer y Disney, cambiaría la faz de la historieta nipona con su primer libro rojo: La nueva isla del tesoro, que vendió de súbito entre 400.000 y 800.000 ejemplares, gracias a la aplicación a la historia de un estilo cinematográfico que descomponía los movimientos en varias viñetas y combinaba este dinamismo con abundantes efectos sonoros.
El éxito de Tezuka lo llevó a las revistas de Tokio, particularmente a la nueva Manga Shōnen (1947) que fue la primera revista infantil dedicada en exclusiva al manga, y en la que Tezuka publicó Astroboy. En estas revistas impuso su esquema de epopeya en forma de serie de relatos y diversificó su producción en múltiples géneros, de los que destacan sus adaptaciones literarias y el manga para chicas o shōjo manga. A mediados de los 50, Tezuka se trasladó a un edificio de la capital llamado Tokiwasi, al que peregrinarían los nuevos autores. Hay espacio, sin embargo, para autores como Machiko Hasegawa, creadora de la tira cómica Sazae-san (1946-74), Kon Shimizu o Shigeru Sugiura con un grafismo muy diferente, nada disneyano.
Un año después, Shōnen desapareció y los libros rojos agonizaron. Entre ambos, y por obra de Osamu Tezuka, habían puesto los pilares de la industria del manga y anime contemporáneos.
El lenguaje del manga (1959)
El triunfo de las revistas de manga acabó con el Kamishibai, y muchos de sus autores se refugiaron en el sistema de bibliotecas. Las revistas de manga eran todas infantiles, y las bibliotecas encontraron su nicho creando un manga orientado hacia un público más adulto: el gekiga. Abandonaron el estilo de Disney por otro más realista y fotográfico y se abrieron a nuevos géneros más violentos, escatológicos o sensuales como el horror, las historias de samuráis, los mangas sobre yakuzas, el erotismo, etc. Entre ellos cabe destacar a Sanpei Shirato que en 1964 patrocinaría la única revista underground de la historia del manga, Garo. La competencia en el terreno gráfico del gekiga obligó a las revistas a reducir la presencia del texto, aumentando el número de páginas y el tamaño para mejorar su visión.
Con el comienzo del auge económico, el pueblo nipón exigía más manga. En respuesta, una de las principales editoras de libros, Kōdansha, se introdujo en 1959 en el mercado de revistas. Su título Shōnen Magazine cambió la pauta de periodicidad mensual a semanal, multiplicando la producción e imponiendo a los autores el estajanovismo, aunque esta vez con sueldos millonarios. Pronto, otros grupos editores como Shueisha, Shōgakukan o Futabasha se le unirían. Este sistema de producción sacrificaba el color, la calidad del papel y la sofisticación temática, llevándose también de paso la crítica política, pero aumentaría vertiginosamente las ventas hasta cifras astronómicas y con ellas los beneficios empresariales, convirtiendo al manga en el medio de comunicación más importante del país.

Con todo esto llegamos a  la conclusión de que el manga es la onda y es un arte y una vida para los que se dedican hacerlo y que si se necesita de mucha imaginación y de muchas vivencias para lograr hacer algo entretenido y  visto por muchas personas el manga a llegado hacer un arte y una cultura para sus creadores.